La importancia de los vínculos afectivos en el aula y cómo crear un espacio físico para las emociones
El poder de la inteligencia emocional en la educación
La educación es el proceso de adquirir conocimientos y habilidades mediante el estudio, la instrucción o el ejemplo. El aprendizaje tiene lugar cuando estamos expuestos a cosas nuevas y tenemos la oportunidad de practicarlas. La empatía es la capacidad de comprender y compartir los sentimientos de otra persona.
La inteligencia emocional (IE) es la capacidad de identificar, evaluar y gestionar las propias emociones y las de los demás.
Crear un entorno emocional positivo para los niños: Cómo se ve y por qué es importante
Un entorno emocional positivo para los niños es un entorno afectuoso que les proporciona una sensación de seguridad y protección. Es un entorno en el que se les anima a tomar riesgos y explorar sus propias habilidades, intereses y capacidades.
Un ambiente emocional positivo para los niños tiene las siguientes características:
- Un entorno enriquecedor
- Relaciones de apoyo
- Expectativas claras
- Oportunidades de crecimiento
- Un sentimiento de pertenencia
La importancia del lenguaje corporal en la enseñanza y el aprendizaje
Si queremos enseñar algo, es importante que el alumno sea capaz de ver lo que estamos haciendo y comprender lo que decimos. También es importante que se sientan cómodos con nosotros. Si el estudiante no se siente cómodo, es más probable que se resista a lo que estamos tratando de enseñar. Para que los estudiantes se sientan cómodos, necesitan ver que usted cree en lo que está enseñando y que comprende sus necesidades e inquietudes.
La importancia del lenguaje corporal en la enseñanza y el aprendizaje no puede subestimarse. Sin contacto visual y gestos apropiados, la comunicación no será efectiva.
Conclusión: cómo poner todo esto junto y crear un espacio seguro para la expresión emocional
Es importante crear un espacio seguro para que los niños y adolescentes se expresen. Necesitamos enseñarles que está bien ser diferente y que pueden compartir sus sentimientos con los demás sin ser juzgados.
Para que este espacio exista, necesitamos una cultura de apertura en las escuelas, bibliotecas y museos. También necesitamos educadores especiales que estén capacitados en consejería o terapia. Deberían poder ayudar a los niños a lidiar con sus emociones creando un espacio seguro para ellos.