El buen tiempo, las ganas de terminar, el cansancio... Parece que siempre hay una razón para no estudiar, para prolongar el tiempo hasta que no podamos retrasarlo más, porque los exámenes están a la vuelta de la esquina. En Academyformacion te mostramos las diez razones para motivarse y disfrutar del estudio.

 

 

1. Asociar algo positivo con el acto de estudiar. Estudia y después… una recompensa. Puede ser comida, o puede ser una llamada de novio/novia, o puede ser un capí­tulo de tu serie favorita, o un paseo por la playa. Eres más productivo cuando estudias a gusto.

 

 

2. En tu vida, crea una rutina. Tendrás resultados irregulares si no tienes un hábito al estudiar. Cuando asumes que hay algunas horas dedicadas al sueño, otras a las comidas, otras al ocio y otras a los negocios, tu cuerpo se vuelve más productivo (en este caso el tuyo son los estudios). Con esto, habrá menos de la pereza que se obtiene al sentarse en una silla.

 

 

3. Silencio. Trabajamos con los sentidos, y es mejor que disfrutes escuchándote a ti mismo aunque desarrolles inmunidad al ruido. Hay que ver el estudio como algo que eleva el nivel intelectual.

 

 

4. Un alto porcentaje es la motivación. ¿Por qué estás haciendo esto? ¿Lo haces porque te importa o porque alguien te obligó a hacerlo? Si alguien te dijo que tenías que hacerlo y no te motivó a continuar, piensa que podrías estar eligiendo una profesión que no te conviene. Si tu adre quiere que seas médico por ejemplo, pero tú quieres ser peluquera, entonces piensa en estudiar peluquería. En cualquier caso, necesitas tener una titulación que garantice lo que vales para poder realizar el trabajo que desees.

 

 

5. Aprovecha tu tiempo para otras cosas. No tienes que hacerlas dos veces cuando haces las cosas bien. Intenta organizar tu tiempo de estudio. Considere la posibilidad de hacerlo con cursos online o a distancia si su horario no funciona bien porque trabaja y tiene turnos rotativos. Concentrarse es tan importante como dejar la luz de la lámpara y salir a divertirse.

 

 

6. No dudes en preguntar. Deberías preguntar lo más rápido posible cuando tengas una pregunta. Contacte con su profesor, su maestro o un colega que le dará las claves de lo que no ha logrado descifrar. Pasa a otro tema mientras lo resuelves, pero no lo pierdas en el tiempo: pregunta, avanza, resuelve, sigue…

 

 

7. Estudiar a la hora correcta del día. Estudiar en la última hora del día no es bueno, ya que tu cuerpo está agotado por el ritmo diario. Tampoco es bueno levantarse y sentarse en la silla mientras te quitan los leggins. Después de comer, no es bueno estudiar porque te da sueño y la sangre va a la digestión hasta el estómago. Entonces, ¿cuándo?

Puedes estudiar por la mañana, pero tu cuerpo estará activo si te levantas temprano y haces algo de ejercicio. No es bueno saltar de la cama a un libro, porque tu cerebro necesita ponerse en marcha. Es lo mismo si tienes sueño después del almuerzo, una corta siesta de 20 minutos, y estudiando. Hacerlo por la noche es más difícil, pero se recomienda acostarse temprano y hacerlo al día siguiente en ese caso.

 

 

8. Duerme bien. Es esencial que el cuerpo esté en buena forma en relación con los puntos 2 y 7, tanto para encontrar el momento adecuado como para establecer una rutina. Tienes que dormir lo suficiente para hacerlo. Normalmente, son 8 horas de una sola vez.

 

 

9. Lee mucho. Aumentará su capacidad de entender las ideas, estimulará su imaginación y acelerará su habilidad para entender los conceptos a través del hábito de la lectura.

 

 

10. Salidas creativas: dibujar, escribir, modelar, bailar. Tiene un precio intelectual bastante alto estudiar algo mecánicamente. Puedes hacer una pausa cada 45-50 minutos y desconectar, si quieres que tu mente esté libre. Las actividades creativas harán que tu mente pierda un poco el cansancio de ordenar los pensamientos. Hacer dibujos en un papel o pintar en un lienzo, bailotear un par de canciones, jugar con plastilina, modelar con arcilla…